viernes, 9 de diciembre de 2016

LA ALCACHOFA. DESCÚBRELA, DISFRÚTALA.

La alcachofa, también conocida como alcaucil, procedente de Egipto, siempre fue un alimento muy apreciado desde la antigüedad. Los griegos y los romanos ya la consumían, atribuyéndole poderes afrodisiacos. Se sabe que durante la Edad Media se introdujo en Inglaterra de la mano del rey Enrique VII, cruzando posteriormente el Canal y convirtiendo a Catalina de Médicis, en una de sus más fervientes consumidoras. Será en esta época, uno de los alimentos más caros que existan, así como uno de los más sabrosos, por el cual, se pagaban altas sumas de dinero. En España, la introducción de su cultivo, la llevaron a cabo los árabes.

La alcachofa es una hortaliza que aporta múltiples beneficios para nuestra salud, por lo que es recomendable incluirla en nuestra dieta habitual. Sobre todo es muy beneficiosa para problemas renales o digestivos, así como para problemas de reuma o artritis.  Es tan sana como sabrosa. Actúa sobre nuestro organismo absorbiendo el agua del estómago; sus fibras vegetales nos ayudan a controlar el apetito, creándonos una sensación de saciedad que favoreciendo la pérdida de peso.

¿Cómo tomar alcachofas?

Es un alimento bastante económico que se puede preparar de muchas y variadas formas por lo que resulta interesante que lo tengamos en cuenta en nuestra cesta del mercado, recordando que deberemos elegir aquella que tengan más peso, la que tengan las yemas gruesas un tono verde claro; las hojas deben estar verdes y no tener manchas pardas, aunque las de invierno pueden presentar algunas como consecuencia de las heladas, sin que ello afecte para nada a la integridad del fruto.

En la Península hay dos temporadas bien delimitadas en su producción: En otoño y principios del invierno, en zonas templadas, muy sensibles a las heladas (esta producción se concentra en Levante y, cuando aparecen los primeros ejemplares en el mercado, se cotizan a niveles verdaderamente altos); y otro periodo en primavera (desde marzo hasta junio), ya que las altas temperaturas afectan muy negativamente a la calidad de esta hortaliza, endureciendo sus hojas, que se abren separándose del fruto y adquiriendo un sabor excesivamente amargo.

Podemos elegir entre muchas variedades, algunas consideradas autóctonas como la “Morada Mallorquina” y la “Monquelina”; o  entre la “Violeta de Provenza” o “Macau” , “Violeta de Palermo” o la “Romana Grande”; algunas francesas como la “Laon” o la “Camus de Bretaña”; algunas innovadoras como la “Talpiot”, pero por sus excelentes propiedades gustativas destaca la “Blanca de Tudela” (variedad alargada, de color verde, pequeño tamaño y muy compacta, aspectos que la hacen muy apreciada y preferida por su calidad) que es la única variedad presente en las Indicaciones Geográficas Protegidas: Indicación Geográfica Protegida (IGP) “Alcachofa de Tudela” e IGP “Alcachofa de Benicarló”.

En la alcachofa se pueden apreciar muchos sabores, entre ellos un interesantísimo toque amargo y un regusto final dulzón, muy característico.

Dice un refrán que “hoja a hoja se come la alcachofa”. Por eso, quizás la mejor forma para degustar unas las alcachofas sea tomarlas al vapor o cocidas; una vez hechas se podrán acompañar con aceite de oliva y vinagre de manzana. Lo primero que hay que hacer es cortarle los tallos a las mismas (los podremos usar en sopas y en ensaladas), y lo hacemos cortando un trozo de la base, así las dejamos planas. Después vamos quitando las hojas leñosas que tienen, hasta que nos quede la parte más blanca de las mismas, entonces cortamos la parte superior que nos quede, para dejar únicamente el corazón de las alcachofas.

Para cocinarlas hervidas, las pondremos en una olla con agua, donde habremos añadido el jugo de 1 o 2 limones, tapando a la olla y cuando el agua comience a hervir déjalas cocer unos 30 o 40 minutos a fuego lento. Las sacaremos, las escurriremos, y estarán listas para consumir.

Si optamos por freírlas, hay una interesante fórmula, que consiste en colocarlas “de pie” sobre una cazuela y ponerlas a cocer en agua; cuando empieza a hervir se añade aceite, y se dejan de tal forma que la base esté cocida y las hojas fritas y crujientes.

Aunque ya conoceréis recetas archiconocidas de las distintas partes de nuestra geografía como la  “Olleta benicarlanda” y la “Torrá”, especialidades levantinas,  las “Alcacofas con conejo” de Navarra y La Rioja, las “Alcachofas algecireñas” o las “Alcachofas montillanas” de Andalucía, las “Carxofes farcides” de Baleares, las “Alcachofas salteadas” de Cataluña o la receta murciana de “Los Alcauciles mojados”; y otras que ya cocinaréis vosotros, nos atrevemos a proponemos otras formas de tomarlas; para que podáis probarlas en casa. Seguro que más de una os sorprenderá por su facilidad de preparación y por los buenos resultados que tendréis con ellas, esperando os gusten:


Alcachofas en Salsa
Alcachofas Rellenas
Alcachofas Fritas
Tortilla de Alcachofas
Alcachofas con Jamón
Alcachofas con Almejas
Alcachofas al Ajillo

También os dejamos algunos consejos a tener en cuenta para conservarlas y cocinarlas: Para que duren más tiempo es recomendable conservarlas con el tallo en sumergido en agua, como una flor; una vez cortadas, no está de más frotarlas con limón para evitar que se ennegrezcan; para que queden tiernas tras su cocción, se puede añadir un poco de zumo de limón y una cucharadita de harina al agua de cocción.

Tomar té de alcachofa para adelgazar.


La alcachofa suele utilizarse a menudo para realizar dietas adelgazantes. Un modo de hacerlo es mediante el té de alcachofa. Te explicamos cómo prepararlo y cómo tomarlo:
Ingredientes:
·         20 gramos de hojas de alcachofa,
·         1 taza de agua hirviendo.
Preparación:
Sumerge en agua las hojas de la alcachofa ya limpia, y dejar hervir durante unos diez minutos. Cuando ya hayan pasado diez minutos quítalas del fuego, escúrrelas y déjalas reposar otros cinco minutos.
¿Cómo tomar el té de alcachofa?
Puedes consumir hasta 3 tazas diarias y para que el efecto saciante de la alcachofa tenga más efecto, se recomienda tomar 1 taza de té de alcachofa 30 minutos antes de cada comida. 


Y no olvides que en la Sierra Norte de Madrid, en La Posada de los Vientos, podrás disfrutar de una excelente alcachofa de temporada.

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