martes, 26 de diciembre de 2017

PESCADOS.

El mar es uno de los recursos naturales más importante que tenemos. En él nos abastecemos de una gran variedad de especies de gran relevancia en la gastronomía mediterránea. El enclave estratégico en el que se encuentra nuestro país confiere un entorno privilegiado ideal para el consumo de pescado y marisco. Los mares que bañan nuestras costas gozan de un rico ecosistema que ofrecen una amplia variedad de especies, protagonistas de algunas de las recetas más representativas de nuestra gastronomía.

 

Pescado azul.-

 

La categoría “pescado azul” es un cajón de sastre para agrupar una serie de especies de pescados que no necesariamente son familiares cercanos. Tienen formas de vida similares y viven en entornos parecidos, lo que les hace compartir ciertas características comunes. No es el color azul de su piel (aunque algunos sí lo tienen) ni tampoco es la forma de su cola, en “V” (aunque muchos sí la comparten). Atún, salmón, trucha, boquerón, caballa o sardina son animales bien diferenciados y cuya principal característica en común es la cantidad de grasa corporal.

Salmón.-


Este pescado tan apreciado pertenece a los “azules”, aunque el color de su carne pueda llevar a confusión. Aunque es posible encontrar salmón salvaje, este es poco abundante y la mayor parte del comercializado procede de criadero. Algo que ha favorecido el abaratamiento de su precio y facilitado la presencia en comercios y hogares.

El salmón europeo o del Atlántico es el que se encuentra fresco o ahumado en España. Sin embargo, el salmón del Pacífico, de carne más seca y rosada, suele ser el que se presenta en formato congelado. El salmón salvaje siempre tendrá una carne más fina, más rosada y menos grasa que el de criadero, cuya calidad dependerá de las condiciones de cría y su alimentación.

Sea como sea, el salmón es un pescado de sabor muy característico y delicado y su carne firme es atractiva para el cliente, por su llamativo color. Admite múltiples preparaciones culinarias, tanto crudo como cocido, y se puede utilizar perfectamente en platos tradicionales españoles de pescado azul.

Atún.-


El rey del mar. El atún es el pescado azul más consumido en España, valoradísimo, a la vez que común. El atún fresco es un producto de prestigio que reina en la gastronomía marinera. El atún común o rojo se encuentra en todo el Atlántico y partes del Mediterráneo y Mar Negro. El atún de aleta amarilla es propio de las aguas del Índico, Atlántico y Pacífico. Y el bonito del norte se pesca en el Atlántico, principalmente. Del atún se aprovecha todo: ventresca de atún, morrillo, solomillo, lomo... Su versatilidad es indiscutible.

Crudo, cocinado o encurtido, el atún admite todo tipo de preparaciones y ofrece lo mejor del mundo del pescado y de la carne. En crudo, a la plancha, guisado, asado, en papillote, en conserva, picado (para albóndigas o hamburguesas),... 

Pez espada o emperador.-


El pez espada, emperador o espadarte es un animal agresivo, de gran talla y fortaleza. Tiene un 5 % de grasa y pocas proteínas, pero de gran valor biológico, por contener todos los aminoácidos esenciales. Tiene mucha vitamina B y es especialmente rico en vitamina A. Es un pescado magro dentro de los pescados azules.

La carne del pez espada es de textura suave y sabor delicado. Suele cocinarse siguiendo recetas de guisos tradicionales. Pero también es muy utilizado para la preparación en filetes a la plancha o empanados.

Sardina.-


Existen múltiples especies que se conocen como sardinas, pero, en España, destacan, especialmente dos, muy abundantes en el litoral: la del Atlántico y Mediterráneo. Ambas han dado carácter y orgullo a los recetarios de las costas correspondientes.
 
La sardina es pariente cercana de la anchoa o del boquerón y arenque. Es un pescado alargado, de pequeño tamaño y con un hermoso brillo azul plateado. 

La sardina tiene un sabor muy característico, pronunciado e intenso. Admite muchas preparaciones culinarias, que dependen, principalmente, de su talla:
frituras, ahumadas, planchas, espetos, guisos con salsas, empanadas y tortillas. Pero también, como conserva, encurtidas y en escabeche, para aperitivos, ensaladas o bocadillos. 

Boquerón.-


El boquerón es un pez que se reconoce fácilmente por su tamaño pequeño y su vientre plateado. Por su abundancia en el Mediterráneo es popular en la costa y su presencia es esencial en cualquier fritura de pescado, junto con los salmonetes, pijotas y acedías. Plato típico en toda Andalucía, siendo especialmente reseñables los boquerones victorianos, propios de “El Rincón de la Victoria” pueblo malagueño que reclama la capitalidad de este “pescaito frito”.

Pescado blanco.- 


El pescado blanco se denomina así por el color pálido de su carne, la cual presenta un aspecto brillante, motivado por la escasa cantidad de grasa que tiene (por debajo del 2 %). El tono blanquecino de la carne se debe a la baja proporción de mioglobina, a diferencia de los pescados azules.

De aromas y sabores característicos, una de las principales virtudes de los pescados blancos es su digestibilidad. Además, pescados como la merluza, el bacalao o la lubina, entre otros, admiten un gran número de propuestas culinarias.

Merluza.-


Gracias a la amplia diversidad de especies y las múltiples preparaciones gastronómicas a las que se presta, la merluza constituye uno de los pescados más presentes en la mesa. Su carne es blanca y firme y se puede comercializar fresca, congelada, desecada o salada. Además de freírla o servirla a la plancha, se puede hervir y cabe la posibilidad de condimentarla con salsas. Es también ideal para añadir a sopas y estofados.

Bacalao.-


El bacalao es también uno de los pescados más usados en la cocina española. Su carne se caracteriza por ser delicada y sabrosa y se deshace en láminas con facilidad. En el mercado, se puede encontrar fresco, ahumado, congelado y en salazón. Dado que se deshace fácilmente, se emplea con frecuencia para elaborar croquetas, empanadas, tortillas, revueltos, etc. Algunas de las recetas más populares en España son el el bacalao a la vizcaína y al pil-pil.

Lubina.-


Con amplia presencia en al océano Atlántico y mar Mediterráneo, la lubina se caracteriza por su delicado sabor y poseer una interesante composición nutricional. Su valor gastronómico radica en la gran variedad de preparaciones que ofrece en la cocina. Se puede adquirir fresca, congelada y en piezas enteras, rodajas o filetes.

La técnica de cocción, por excelencia, de la 
lubina es al horno, puesto que es como mejor se potencia y se concentra el sabor de este delicioso pescado blanco. Además, al asarla o a la plancha, no pierde, prácticamente, nada de su valor nutricional. 

Mero.-


El mero pertenece a la familia de la lubina y también es un pescado blanco muy apreciado en la gastronomía. El mero puede prepararse asado, a la plancha o guisado. Por regla general, todas las elaboraciones culinarias, que, con frecuencia, se aplican al lenguado y a la merluza, sirven para el mero también. Su carne es blanca, consistente y de marcado sabor yodado.

Rodaballo.-


Por lo general, en las pescaderías se suele ofrecer fresco y entero, aunque, en función de su tamaño, se puede encontrar fileteado o en rodajas. Con muy pocas espinas, su carne es delicada y digestiva, por lo que también se recomienda para cuidar el sobrepeso, dada su poca grasa y alto contenido en vitaminas y minerales.

Lo cierto es que frito absorbe demasiado aceite. Es por ello que se recomienda otro tipo de preparación para aquellas personas que deseen seguir una dieta saludable. En este sentido, la mejor alternativa es cocinarlo al vapor y horno. Hay que tener especial cuidado en evitar una cocción en exceso, ya que pierde sabor y consistencia.

Lenguado.-


El lenguado, en la dieta mediterránea, se consume fresco y entero. La época ideal para adquirirlo es en los meses de invierno, hasta entrada la primavera. Debido a su forma característica, el lenguado tiene unas condiciones idóneas para prepararlo rebozado o la plancha.

El lenguado es uno de los pescados planos más estimados en el ámbito culinario, debido a su carne magra, suave y firme, así como por sus propiedades nutritivas. 


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martes, 19 de diciembre de 2017

TÉ.

Actualmente el té es una de las bebidas más populares en España. Esta infusión de color ámbar, aunque con frecuencia se sirve con limón y azúcar, ofrece muchas otras interesantes posibilidades e inspiraciones culinarias.

 

Popularidad del té.-


En relación a la cantidad de té consumido, En España se ha aumentado su consumo año tras año.  ¿No es éste motivo suficiente para animarnos a tomar té? Hasta es posible que el tomarlo se convertirá en tu ritual de cada día.

 

Variedades de té.-


Dependiendo del proceso de fabricación y, sobre todo, de la manera y el tiempo dedicado a su fermentación, se distinguen las siguientes variedades:

 

- Verde

No se somete al proceso de fermentación. Se obtiene mediante un suave calentamiento y posterior secado de las hojas de té. El té verde se caracteriza por su sabor áspero y amargo, así como por su color pajizo. Destaca por sus fuertes propiedades antioxidantes, por lo que puede prevenir los tumores cancerígenos. 

 

- Negro

Es sometido a un proceso de fermentación, por lo que las infusiones que se preparan con este tipo de té se distinguen por su color oscuro y un intenso aroma. 

- Rojo (oolong)

Combina las características del té verde y del negro al ser sometido a una breve fermentación. Tiene un color marrón-rojizo y un sabor que recuerda a las especias.

 

- Amarillo

Una fermentación muy breve hace que sus propiedades se asemejen a las del té verde.

 

- Blanco


Es una novedad en el mercado. Su secreto consiste en que se obtiene exclusivamente a partir de los brotes jóvenes del arbusto del té. Se caracteriza por un color muy claro y un excepcional abanico de sabores.

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domingo, 17 de diciembre de 2017

CAFÉ.

El secreto del sabor del café.-


Con el café pasa como con el vino: cada variedad tiene su propio carácter. En el recorrido desde la planta de café hasta la aromática bebida son numerosos los factores que contribuyen a que cada producto tenga un sabor diferente.

La región de cultivo, las propiedades del terreno, el clima y la técnica de cosecha influyen en la composición del aroma del café al igual que los métodos de preparación, el almacenamiento y el transporte. Especialmente decisivo para la experiencia gustativa es el tipo de tueste. También la mezcla de diferentes variedades hace que destaquen unas características determinadas del café por encima de otras.

Por todo ello el café, con su excelente aroma, hoy en día se ha convertido en un elemento imprescindible de la mañana.

Intensidad del sabor.-


La interacción entre los ácidos, las sustancias aromáticas y el cuerpo es la responsable de la impresión global del café. Cada uno de estos diferentes componentes puede estar más o menos acentuado; por ello, para conseguir una experiencia gustativa convincente es fundamental que exista una relación equilibrada entre dichos factores. La intensidad del sabor puede clasificarse entre «alta» y «baja».

·         Intensidad alta: el café deja una sensación intensa, con cuerpo y aromática.
·         Intensidad baja: la sensación que deja el café es suave, fina y delicada.

 

Cuerpo/extracto.-


Con el componente «cuerpo/extracto» se describe cómo se percibe el café en la boca al beberlo. ¿Cuál es la sensación en boca cuando el café llega a la mucosa bucal y las papilas gustativas? La impresión viscosa, es decir, la sensación que surge al beber café viene determinada por los aceites y sustancias sólidas que se extraen del café molido. Estos rasgos característicos dependen del café verde utilizado y del tipo de tueste. La intensidad del cuerpo y extracto de un café varía entre «grueso» o «mantecoso y «delgado» o «acuoso».

·         Un cuerpo «grueso» o «mantecoso» deja una sensación en boca intensa y duradera.
·         Un cuerpo «delgado» se experimenta en boca como fino y acuoso.

Acidez.-


La interacción de los ácidos del café es primordial para el carácter de un café. Al igual que con el vino, la identidad y viveza de un café depende especialmente de los ácidos. Se han detectado más de 80 ácidos diferentes en el café verde. El arte del tueste consiste en mantener los ácidos finos beneficiosos y eliminar los ácidos que interfieren en la experiencia gustativa. El contenido en acidez se clasifica según una escala en función de la intensidad.

·      Una acidez «alta», «intensa» o «marcada» recibe una calificación muy buena por parte de los  expertos en café.
·        Un café con poca acidez se describe como «plano».
  

El ABC del café.-

  • Arábica: La variedad Arábica abarca aproximadamente el 60 % del comercio de café en todo el mundo. La planta de café Arábica se cultiva en los altiplanos de Brasil, Kenia y Colombia. El sabor es marcadamente ácido con pocos compuestos amargos, una crema clara y matices de sabores afrutados.
  • Sustancias aromáticas: En el café hay presentes más de 1.000 sustancias aromáticas diferentes que son las que proporcionan al café su aroma y sabor inconfundibles. Estas sustancias se liberan durante el proceso de tostado.
  • Compuestos amargos: Un cierto grado de amargor redondea la plenitud del sabor del café. Un café será más o menos amargo dependiendo de la variedad empleada (la variedad Robusta es más amarga que la Arábica), del tueste y del método de preparación.
  • Mezclas/blends: Frente al café de una sola variedad, en el blending (proceso de mezclado) se mezclan diferentes variedades, Arábica con Robusta, café verde de diferentes países de origen y procedencias, café tostado procedente de diferentes tuestes.
  •  Crema: En un espresso correctamente preparado, se aprecia en la superficie una corona de espuma densa y de color dorado. La crema está formada por el aceite de los granos de café, proteínas, azúcares y dióxido de carbono y es muy aromática.
  • Presión: Para preparar un espresso se hace pasar agua caliente a una temperatura de entre 88 y 94 grados y una presión de unos nueve bares, a través de café molido fino.
  • Extracción: El proceso para extraer las sustancias aromáticas del café con agua caliente se denomina extracción.
  • Cafeína: La cafeína es un alcaloide que pertenece al grupo de los estimulantes. La cafeína es un estimulante vegetal natural que no solo se encuentra en el café, sino también en el té y en el cacao. El café verde contiene de un 0,9 a un 2,6 % de cafeína, tras el tueste el contenido en cafeína asciende hasta un porcentaje que varía entre el 1,3 y el 2,0 %.
  • Molido: En un posterior procesamiento, los granos de café tostados se muelen con diferentes grados o niveles de molienda. Para el espresso se necesita un café molido muy fino, para café de filtro, café molido fino o medio-fino.
  • Procedencia: Procedencia es una palabra latina que significa «origen». En el lenguaje técnico de los expertos en café, con el término «procedencia» se hace referencia a la región de cultivo concreta de la que procede el café.
  • Calidades: La calidad del café depende de un gran número de factores: la variedad del grano, la región de cultivo, el método de cosecha, así como el tipo de preparación y el proceso de tueste.
  • Robusta: Además de la variedad de café Arábica, otra de las variedades más importantes en el comercio mundial del café es la variedad Robusta (con alrededor del 40 % de cuota en la cosecha mundial). La planta Robusta también se puede cultivar en las tierras bajas tropicales, tiene un crecimiento más rápido, es más rentable y más resistente que el café Arábica. El café Robusta tiene algo menos de acidez, es algo más amargo, confiere al espresso una crema algo más oscura y aporta carácter al café con su cuerpo.
  • Café verde: Tras la cosecha, las cerezas de café se someten a un procesado. En este procesado, las semillas de color amarillento a verde pálido, los denominados granos de café, se liberan de la pulpa de la fruta y de la cáscara. Tras este proceso, el café verde ya puede comercializarse y se procede al tostado en el siguiente paso.
  • Tueste: El tueste es el último paso importante en el refinamiento del café. A través del proceso de tostado se conforman los aromas típicos del sabor del café y se eliminan los ácidos no deseados. Los maestros tostadores confieren al café matices de sabores individuales gracias a procesos de tostado especiales.
  • Acidos: Los ácidos contenidos en el café influyen de forma determinante en la experiencia gustativa. Hasta ahora se han podido demostrar e identificar alrededor de 83 ácidos diferentes.
  • Refinamiento: A través del refinamiento, el café verde se transforma en el producto final. Para conseguir el refinamiento del café se procede al tueste, al blending y a la molienda.



Y a ti, ¿cómo te gusta el café?, ¿dónde te agrada tomarlo?, ¿con quién lo compartirías?, ¿eres de vaso o taza?... Venga cuéntanoslo…

domingo, 10 de diciembre de 2017

ACEITE.

En todas nuestras cocinas, seguro que existe un producto que utilizamos a diario, casi sin darnos apenas cuenta. Hablamos del aceite, ya sea para freir o para aliñar los platos. Este ingrediente es más antiguo que el propio ser humano y le ha acompañado siempre. Nos aporta nutrientes, vitaminas y grasas y hace tu vida más fácil, al darnos luz y calor. Además, el aceite constituye todo un símbolo para numerosas culturas y pueblos, que han sabido aprovechar sus grandes beneficios, a lo largo de los años.

Historia del aceite.-

Cuando hablamos de aceite, hacemos mención a una palabra de origen árabe, azzáyt, que, a su vez, proviene del vocablo arameo zayta y significa, literalmente, jugo de aceituna. Pero, no todos los aceites provienen de la aceituna. Existen, en el mercado, una gran variedad, tanto de origen animal como vegetal. Si nos remontamos a la Antigüedad, el primer aceite conocido fue el de ajonjolí, aunque, posteriormente, los griegos se convirtieron en grandes productores y consumidores del aceite de oliva. Era tal su importancia, en esta época, que la antigua Atenas adoptó el olivo como símbolo de la ciudad y lo distinguió como árbol sagrado.

El aceite se extendió también por el Imperio Romano y sus provincias y se utilizó como alimento, para alumbrar las ciudades o con fines religiosos. La palabra aceite puede considerarse sinónima de otra de origen latino, oleum, que durante el periodo romano, significaba lo mismo, pero que en la actualidad, está vinculada a la pintura o los sacramentos religiosos.

Tipos de aceites.-

El término aceite es una forma genérica de referirte a un tipo de líquidos muy grasos que, entre sus propiedades, poseen la de ser menos densos que el agua, por lo que no se pueden disolver en ella.

Dentro de los tipos de aceites, sobresalen los de combustión (utilizados para calefacciones, hornos o lámparas) y comestibles (de origen animal y vegetal). El primer grupo proviene de tejidos adiposos de animales como focas, ballenas, hígados de bacalao, mantecas, sebo de cerdo, vacuno o mantequilla. Los aceites de origen vegetal se elaboran mediante distintos tipos de procesos y a partir de las raíces, frutas o semillas de plantas y árboles. Los encontrarás en las mantecas de coco, palma, cacao...

Propiedades y clasificación de los aceites vegetales.-

Entre las principales cualidades que poseen estos aceites, podemos destacar que aportan un alto valor energético, 900 kcal por cada 100 gramos que consumimos, en función del tipo de aceite, así como ácidos grasos insaturados y vitamina E. Se recomienda la ingestión moderada de estos aceites, ya que aportan al organismo los ácidos esenciales necesarios para realizar numerosas reacciones bioquímicas celulares, como la producción hormonal, la formación de tejidos, el desarrollo celular o la promoción de vitaminas. Además, favorecen, a través de reacciones bioquímicas, la formación del panículo graso de la piel y el almacenamiento corporal.

Por otro lado, su vitamina D ayuda al desarrollo y mantenimiento óseo y a la absorción de calcio. La ausencia de esta sustancia puede provocarte problemas de raquitismo, así como atrofia en el sistema endocrino y nervioso o malformaciones. Además, el aceite tiene un efecto protector de la piel, pues ayuda a reducir el colesterol y controlar la glucosa a las personas diabéticas. También es un gran antioxidante.

En lo que respecta a los tipos de aceites comestibles, podemos destacar dos categorías:

- Refinados. El procedimiento utilizado para el refinado y desodorizado al que son sometidos estos aceites se centra en la seguridad en el consumo y una mejor conservación. Nos ofrecen un sabor neutro y un olor adecuado y, visualmente, están limpios. Este método busca el consumo humano de algunos aceites como el lampante, que es extraído del bagazo de la oliva, o incrementar la producción de algunos frutos que, sometidos a un proceso en frío, no serían rentables.

Vírgenes. Existen numerosos aceites vírgenes como el de oliva o Argán. También existen otros aceites vírgenes de semillas, como los de soja, algodón, maíz, cacahuete, calabaza, girasol, canola y colza. Entre los de frutos secos más conocidos, cabe señalar los de avellana, nuez o almendra.

El procedimiento que se utiliza para extraer el aceite es el prensado en frío, por el cual no se eleva la temperatura más de 27 ºC, para evitar que pierda el sabor del fruto del que ha sido previamente extraído.

También existe otro método conocido como extracción en frío, que consiste en centrifugar los frutos a 3.200 rpm y, posteriormente, filtrarlos a no más de 27 ºC. Tras estas fases, sucede un proceso físico que dura unos cuarenta días y busca separar los residuos que sean más finos del resto.

Características químicas.-

Por lo general, la composición química del aceite vegetal se reparte entre un 95 % de triglicéridos y 5 % de ácidos grasos libres, ceras, esteroles... Estos aceites se pueden dividir en varios grupos:

  1. Saturados: se incluyen los lóricos, como el de copra o palmito; esteáricos, como el karité; o palmíticos, como el de palma, y cuentan con índices de yodo de entre 5-50.
  2. Monoinsaturados: se incluyen los oleicos, como los de cacahuete, sésamo, aceituna, colza... Alcanzan unos índices de yodo de 50-100.
  3. Biinsaturados: sus niveles de yodo se elevan entre 100 y 150 y están formados por los aceites linoleicos, como el maíz, la soja o el girasol.
  4. Triinsaturados: tienen índices de yodo superiores a 150.
En cuanto a la densidad, los aceites vegetales cuentan con unos valores muy cercanos. Por ejemplo, el de girasol posee en una densidad, a 20 ºC de 0,92 kg/l; el de cacahuete con 0,91 kg/l; o el de palma con 0,94 kg/l. En el caso de la densidad del aceite de oliva, este alcanzaría los 0,916 kg/l, a una temperatura ambiente de 16 ºC. Se debe tener en cuenta que, con un aumento de temperatura, este valor disminuye, al dilatarse el aceite. Por su parte, la acidez del aceite es un elemento fundamental para conocer sus cualidades. En el caso del aceite de oliva,  no debe superar el 1 %, aunque, si es virgen extra, puede incluso bajar un 0,5 %.


Son muchos  los  tipos  de  aceites  que  se  pueden  encontrar en las cocinas de todo el mundo, un humilde producto que resulta básico e imprescindible para nuestra alimentación y vida. En La Posada de los Vientos, llevamos más de 20 años, apostando por el Aceite de Oliva Virgen Extra; nuestros clientes lo agradecen...

lunes, 4 de diciembre de 2017

ALIMENTOS NATURALES Y DE CALIDAD DIFERENCIADA.

Se trata de alimentos naturales para una alimentación saludable y equilibrada protegidos por normativa específica de la Unión Europea que garantiza el cumplimiento de requisitos superiores a los exigidos para el resto de productos.

 

Denominación de Origen Protegida (D.O.P.).-


Su calidad o características se deben al medio geográfico con sus factores naturales y humanos y cuya producción, transformación y elaboración se realiza siempre en esa zona geográfica delimitada de la que toman el nombre; por ejemplo queso de Cabrales, jamón ibérico de Guijuelo, mejillón de Galicia, torta del Casar, sidra de Asturias...


Indicación Geográfica Protegida (I.G.P).-


Poseen alguna cualidad determinada o reputación u otra característica que pueda atribuirse a un origen geográfico y cuya producción, transformación o elaboración se realice en la zona geográfica delimitada de la que también toma su nombre; por ejemplo: lacón gallego, espárrago de Navarra, carne de Ávila, ensaimada y sobrasada de Mallorca, turrón de Jijona y de Alicante…


Especialidad Tradicional Garantizada (E.T.G).-


Cuentan con rasgos específicos diferenciadores de otros alimentos de su misma categoría. Deben producirse a partir de materias primas tradicionales, o bien presentar una composición, modo de producción o transformación tradicional o artesanal: jamón serrano, leche certificada de granja, panellets y torta de aceite.


Productos Ecológicos.-



Provenientes de agricultura o ganadería ecológica para una alimentación saludable, producidos sin el uso de sustancias químicas como pesticidas, fertilizantes o medicamentos, respetando el ritmo de crecimiento de plantas y animales y elaborado sin adición de sustancias artificiales como aditivos, colorantes, saborizantes, aromas.