lunes, 9 de septiembre de 2019

LA REVOLUCIÓN DEL VINAGRE.


La palabra vinagre deriva de las palabras francesas “vin” (vino) y “aigre” (agrio).

Es uno de los condimentos más empleados en cocina. Le otorga a las comidas un sabor especial y peculiar. También su aroma es reconocible por todos.

Se usa desde la antigüedad no solo para darle sabor a los platos sino también para para conservar y macerar alimentos. La razón es la capacidad que tiene de impedir que proliferen ciertos microorganismos.

No está de más saber que los vinagres se elaboran a partir de la fermentación de un líquido alcoholizado (vino, cerveza, sidra, zumo de fruta fermentada, etc.) con 6° mínimo de ácido acético para los vinagres de vino, y 5° para el resto de vinagres. El ácido acético será la sustancia que le dará ese sabor agrio y ácido tan característico.

Aunque son muchos los tipos de vinagre, os hablaremos de los más conocidos y usados...

Tipos de vinagres.-

Vinagre de vino tinto

Es el más antiguo. Fuerte y picante es el acompañante de la mostaza en las vinagretas tradicionales y resulta muy adecuado para las comidas de olla (como el pollo al vinagre). La denominación de «vinagre de vino viejo» describe un vinagre que ha sido elaborado con un vino envejecido antes de su transformación.

Vinagre de vino blanco

Elaborado a base de alcohol de remolacha no es demasiado perfumado. Se emplea sobre todo para las conservas (pepinillos, pickles…).


Vinagre de sidra (también llamado «vinagre de manzana»)

Nace de la fermentación de la sidra y es menos ácido que el vinagre de vino (5° en lugar de 6°), pues el dulzor de las manzanas modera el picante. Se puede utilizar en ensaladas, con productos del mar (pescado, crustáceos, marisco). Puede sustituirse por vinagre de arroz.

Vinagre de arroz

Se utiliza sobe todo en cocina asiática, es dulce y ligeramente agrio. Resulta indispensable para el arroz con el que se elabora el sushi y para sazonar las algas. Su delicadeza hace maravillas con las verduras, crudas o al vapor, especialmente con las zanahorias y los puerros.

Vinagre de miel

También conocido como vinagre de hidromiel. Se obtiene tras la fermentación de la miel y se usa para siropes y dulces.

Vinagre de hierbas

Se hace con la misma receta que el de manzana o el blanco pero se le añaden hierbas para que le aporten un sabor diferente y especial. Se recomienda para las salsas y las ensaladas.


Vinagre de higo, mango, frambuesa (vinagres de fruta)

Estos vinagres aromatizados tienen infinitas variantes. Puede nacer de fermentaciones naturales de zumos de frutas o añadiendo alcohol de frutas a un vinagre de vino. ​El hígado de ternera es indisociable del vinagre de frambuesa y el vinagre de higo está delicioso con un foie-gras pasado por la sartén.

Vinagre balsámico

Elaborado con el mosto de la uva azucarada, se produce en la región de Módena, en Italia. El auténtico Aceto Balsamico Tradizionale di Modena (DO), está envejecido en barriles de madera diferentes durante 12-25 años (o más), de aquí su elevado precio.

Su gusto es azucarado, un poco agrio, y es el rey absoluto de la cocina italiana, incluso en los postres: el higo, las fresas, el melón… adoran ser despertados por un ligero hilo de este vinagre.

Vinagre de Jerez

Este es el más nuestro. Elaborado en nuestro país, este vinagre nace de la vid Palomina, Pedro Ximénez y Moscatel. Con DO envejece en barriles de roble que hayan contenido vino de Jerez. Su gusto amanerado es indispensable en nuestra cocina y firma los gazpachos e incluso los postres con chocolate.

Tipos de Vinagre de Jerez.-

El Vinagre de Jerez es el gran perfume de la gastronomía universal y un condimento culinario insustituible. Sus ricos matices lo convierten en la esencia de numerosos platos, tanto en la alta cocina como en las elaboraciones sencillas de cada día.

El Vinagre de Jerez se comercializa en cinco diferentes variedades:

Vinagre de Jerez: de color ámbar, de perfume acético y toques a frutos secos y notas de madera, por su crianza en madera, ideal para aderezar infinidad de platos o elaborar reducciones, salsas y escabeches.

Vinagre de Jerez Reserva: de color caoba, potente aroma con matices de vainilla, frutos secos, madera, y un sabor al paladar ácido y secante, un aliado perfecto de sopas frías, como el gazpacho o el ajoblanco y de aliños.

Vinagre de Jerez Gran Reserva: de color caoba, textura sedosa, aroma de intensa acidez con notas de vino añejo, sabor con notas a frutos secos y especias, que resaltan el sabor de un salmorejo, de unas verduras al horno o de una ensalada.

Vinagre de Jerez al Pedro Ximénez: de color caoba oscuro, aromas a frutas pasificadas, como el torrefacto o el regaliz, sabor semidulce como el vino del que toma su nombre, perfecto para platos de carne, ensaladas a base de queso y postres.

Vinagre de Jerez al Moscatel: de color caoba de una viveza singular; un vinagre semidulce que nace del vino homónimo, del que hereda su aroma y sabor a de frutas pasificadas; ideal con ensaladas y aliños que contienen frutas y cítricos.






Algunos consejos en la cocina.-

·         Para una buena vinagreta, utiliza el que más te guste pero no olvides que el vinagre va después de la sal y antes que el aceite para obtener una emulsión perfecta.
·         En las marinadas, las encimas y la acidez del vinagre vuelven los ingredientes más tiernos. Con las carnes aconsejamos utilizar el vinagre tinto (de vino o balsámico) y con los pescados, los menos coloreados (de sidra, arroz, etc.).
·         Reducido en una sartén es una salsa improvisada, rápida y barata, transformarás los chalotes con un hilo de vinagre rojo, en una deliciosa guarnición para el filete.
·         En los hervidos breves un poco de vinagre blanco (o de sidra o arroz) ayudará a mantener la firmeza de los pescados facilitando la cocción del exterior.
·         Para los huevos escalfados, verteremos un hilo de vinagre blanco para una coagulación perfecta: su cocción será más rápida y la presentación más hermosa.
·         Las carnes blancas (pollo, conejo…) se ensalzan con un toque de vinagre. Recomendamos el de frambuesa, los perfumados al estragón o a las hierbas, etc.
·         Sustituye el vino tinto con un vinagre, el balsámico mejor, en algunas recetas a fuego lento como la salsa de tomate o la boloñesa.
·         También en los postres podremos usar los viejos vinagres de Jerez y el balsámico, pues son suficientemente dulces como para acompañar las frutas exóticas (piña, mango…) e incluso el helado de vainilla. Sólo hay que reducirlos un poco a fuego intenso con un poco de azúcar para lograr un caramelo de vinagre.

Por último conviene saber.-

El vinagre también es también una herramienta de limpieza. De hecho el vinagre de vino blanco limpia, elimina bacterias y desodoriza a un precio realmente económico. Con él podemos limpiar la nevera y combatir la suciedad de hervidores y cafeteras.

Es importante destacar.-
Aquellas personas que tengan problemas de hígado deberían evitar el consumo de vinagre, pues aunque su contenido alcohólico es mínimo, puede ser perjudicial para tu salud.