sábado, 2 de noviembre de 2019

COCINAR EN RECIPIENTES DE BARRO. UN PLACER DE SABORES.


Las ventajas de usar las cazuelas de barro en la cocina son numerosas: permiten la preparación de alimentos de una forma especialmente lenta; al tratarse de recipientes térmicos, permiten la cocción de los alimentos sin apenas grasa y, además, la mayoría de estas cazuelas suelen ser un buen elemento decorativo que permite sacar a la mesa para servir las elaboraciones preparadas.

¿Qué significa “curar” una cazuela de barro?

Si acabamos de comprar una cazuela de barro, es bueno saber que se trata de un tipo de material, con el que desgraciadamente, cada vez muchos de nosotros, no estaremos familiarizados. Por eso es importante que no se empiece a usar si antes no hemos llevado a cabo un proceso previo de curación, que permitirá mantener la cazuela en buen estado, pudiéndole sacar el máximo partido en su uso y que nos duren mucho, mucho tiempo.

Este ritual se realiza ya que los poros del barro están abiertos, por lo que al ponerlos en contacto con el calor la olla a cazuela podría agrietarse e, incluso, llegar a explotar.

Para curar las cazuelas, habría que tener en cuenta, el tipo de barro del que están hechas.

Para evitar que se agrieten, se debe dejar la cazuela de barro en remojo,  dentro de un recipiente lleno de agua fría durante ocho horas como mínimo, esto ayudará a que los poros del barro se cierren y absorban una cantidad menor de agua durante los guisos. Toda la cazuela debe quedar totalmente cubierta por el agua, incluso la tapa.

Durante este proceso, debes observar cómo se van formando burbujas en la cazuela, lo cual significará que los poros ya se están llenando de agua y, por ende, se empiezan a cerrar

Pasado el tiempo requerido, retira la cazuela de barro del agua, con una esponja, retirar cualquier resto de polvo de barro que pudiera quedar, para terminar secándola con papel de cocina o con un paño seco.

Para acabar de cerrar bien los poros, frota el culo de la cazuela – por la parte exterior – con un diente de ajo. El sabor del ajo no quedará impregnado en la cazuela ni alterará tus guisos, al haberse hecho sólo por la parte exterior.

Por último, deja que la cazuela de barro se seque completamente al aire antes de darle uso, pues si se empieza a guisar inmediatamente empezará a salir humo de la cazuela, pues el agua de los poros se evaporará.

¿Cómo alargar la vida de las cazuelas?

Para que tengan una larga vida útil de las ollas y cazuelas no solo hay que curarlas antes de usar, sino que también es recomendable seguir otros consejos de cara a mantenerlas en buen estado por mucho más tiempo:

Especialmente importante resulta el evitar golpear las olla estando ésta caliente. Hay que manejarlas siempre con mucho cuidado, teniendo presente que las asas también estarán calientes.

Evitar los cambios bruscos de temperatura. Al sacarlas del horno o del fuego, si están calientes, resulta imprescindible apoyarlas sobre una tabla de madera o un repasador o un paño de cocina que resista el calor; nunca sobre el mármol frío o directamente sobre una superficie fría de cualquier mesa.

Que contengan siempre líquido en su interior durante el cocinado. Además, conviene calentarlas de forma lenta hasta alcanzar la temperatura deseada. A la hora de revolver, recomendamos que no hay nada mejor que una cuchara de madera.

Evitar el uso de detergente. A la hora de su limpieza, debemos tener muy claro. Las dejaremos enfriar antes, evitando cambios bruscos de temperatura, con agua tibia, no será necesario el uso de detergentes ya que muchos dejan películas o moléculas en los poros del barro que al usarlas pueden transmitir ese aroma a los alimentos cocinados; lo ideal resulta utilizar jabón blanco. Además, y para conseguir mantenerlas por muchos años intactas, nunca utilizaremos estropajos metálicos para limpiar nuestras cazuelas. 

Utilizar bicarbonato para su limpieza. El bicarbonato es la mejor opción para limpiar el barro y eliminar los malos olores.

Secar y guardar correctamente. Secar bien las ollas de barro antes de guardarlas ayudará a su mantenimiento. Una vez secas es importante que al guardarlas se ponga la tapa al revés, y con una servilleta entre la olla y la tapa para asegurar que entre el flujo de aire, así se evita la aparición de moho.

Y ahora sólo queda que disfrutes de los sabores que nos dará el “barro”…