Pasos para incorporar a tu vida el 'hygge', el secreto de la felicidad
danesa.
Dinamarca es
el país más feliz del mundo, según un informe anual que la ONU lleva haciendo
desde 2012. Se cree que aparte de por su escandinavo Estado de Bienestar, el
secreto de la felicidad es el hygge, un concepto que esconde parte
de filosofía budista, que nos habla de un acogedor bienestar, donde el momento
de sentirse cómodo, relajado y libre, se puede disfrutar estando solo o se
puede compartir con otras personas.
Pensamos que el hygge puede vivirse en
cualquier momento del año, pero estos días de otoño-invierno, de mal
tiempo, de oscuridad y frío, de un año que se nos acaba, son más proclives para
hacerlo.
Aquí os dejamos varios consejos para importarlo a
nuestra vida:
1. Abrir tu casa, abrirte al exterior. El hygge se puede producir en cualquier sitio. Una
barbacoa al aire libre, un paseo con nuestra mascota, un aperitivo, una escapada
a la naturaleza, una cena con los amigos pueden ser hyggelig.
2. Buscar el momento. Bastaría en dedicar un tiempo
diario para hacer lo que nos hace sentir bien con la gente que queremos o con
nosotros mismos. En emplear el tiempo de una manera eficaz, para hacer todas
las tareas diarias y encontrar tiempo para cuidarnos y relajarnos, aunque sea con
“pequeñas cositas”.
3. Crear un ambiente propicio. Cuidar la iluminación, que sea
acogedora; poner buena música de fondo; unas flores frescas, una mesa bien
vestida; unas velas son imprescindibles. Se trata de cuidar las pequeñas cosas
para que sentirse cómodo para ayudar a conseguir un toque especial que invite a
un disfrute sencillo.
4. Evitar todo lo que rompa ese estado de bienestar. El objetivo
es conseguir un estado de armonía, de crear un momento agradable en paz. No nos
ayudaría pensar en el trabajo, en los problemas, en el estrés diario y las
prisas; hablar de política o de temas que puedan provocar crispación. La
televisión y el smartphone impiden esas conexiones sociales que son hygge.
5. Funciona mejor en petit comité. Dependerá del tamaño de nuestro
entorno físico y de nosotros mismos, pero está demostrado que se consigue mejor
en pequeños grupos, al ser más sencillo mantener una conversación que no varias
reuniones paralelas.
6. Elegir un buen menú. En otoño e invierno nos
resultará grato contar con un caldito o una bebida caliente. Si se puede, es
recomendable cocinar en compañía esas recetas tradicionales que nos hagan
retroceder a la infancia o esa repostería que nos hará chuparnos los dedos;
porque el hygge tiene también mucho de nostalgia.
Pero hygge puede ser también disfrutar de un buen
chocolate y un buen espumoso y tomándolo a la luz de las velas.
7. Ponerse cómodos. Aunque el hygge tiene más
que ver con disfrutar que con los actos y las cosas en concreto, hay elementos
que ayudan. Las velas, que dan calor y luz en contraposición a la oscuridad y
el frío. Con ropa cómoda, con un buen libro y un café, acurrucados en el sofá
bajo una manta, se hace hygge.
8. Tener presente a nuestros antepasados. Hay quien dice que lo hygge tiene que ver con hacer cosas que
reconocerían tus ancestros.
Disfrutar de un café en la vajilla de tu abuela es muy hygge, leer poemas de un libro heredado de tus
bisabuelos es como volver a oler la casa familiar y ese es un sentimiento muy hyggelig, mover todos los días nuestro calendario perpetuo
de madera, nos transportará a nuestra infancia y a cuando lo hacían con sus
padres.
9. Huir de ambientes que no son hygge. No se puede conseguir un
ambiente relajado en un bar con sillas de plástico, manteles de papel, suelos
llenos de basura, zonas en sombra y tubos fluorescentes, paredes con
necesidades de pintura,…
10. Ser conscientes del deleite. Una cena con una larga
sobremesa con amigos podría muy bien ser hygge, pero además
debemos ser capaces de identificar y nombrar ese momento de bienestar, saber
que está sucediendo y lo estamos disfrutando.
11. Exprésalo. Es altamente recomendable que conscientemente, contemos
y hablemos de nuestra experiencia hygge;
cuando nos ponemos ese jersey cómodo, cuando vemos una “peli” y comemos “chuches”
con nuestros hijos, cuando vamos a jugar al parchís y pasar un rato hygge, cuando con nuestros amigos hemos tenido una cena
que ha sido muy hyggelig.
12. Hacer cosas hyggelig. Es importante que lo que
hagamos nos guste y que por lo general, sea algo sencillo. Los juegos de mesa
en familia o con amigos son muy hyggelig. Aunque también
hay cosas que son hygge para unos y para otros
no, un ejemplo: cazar pokemones con amigos.
Lo más importante:
¡Vivir en el momento, disfrutar del ahora!
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