La alcachofa, también conocida como alcaucil, procedente de
Egipto, siempre fue un alimento muy apreciado desde la antigüedad. Los griegos
y los romanos ya la consumían, atribuyéndole poderes afrodisiacos. Se sabe que
durante la Edad Media se introdujo en Inglaterra de la mano del rey Enrique
VII, cruzando posteriormente el Canal y convirtiendo a Catalina de Médicis, en
una de sus más fervientes consumidoras. Será en esta época, uno de los
alimentos más caros que existan, así como uno de los más sabrosos, por el cual,
se pagaban altas sumas de dinero. En España, la introducción de su cultivo, la
llevaron a cabo los árabes.
La alcachofa es una hortaliza que aporta múltiples beneficios para
nuestra salud, por lo que es recomendable incluirla en nuestra dieta habitual.
Sobre todo es muy beneficiosa para problemas renales o digestivos, así como
para problemas de reuma o artritis.
Es tan sana como sabrosa. Actúa sobre nuestro organismo absorbiendo el agua del
estómago; sus fibras vegetales nos ayudan a controlar el apetito, creándonos
una sensación de saciedad que favoreciendo la pérdida de peso.
¿Cómo tomar alcachofas?
Es un alimento bastante económico que se puede preparar de
muchas y variadas formas por lo que resulta interesante que lo tengamos en
cuenta en nuestra cesta del mercado, recordando que deberemos elegir aquella
que tengan más peso, la que tengan las yemas gruesas un tono verde claro; las
hojas deben estar verdes y no tener manchas pardas, aunque las de invierno
pueden presentar algunas como consecuencia de las heladas, sin que ello afecte
para nada a la integridad del fruto.
En la Península hay dos temporadas
bien delimitadas en su producción: En otoño y principios del invierno, en zonas
templadas, muy sensibles a las heladas (esta producción se concentra en Levante
y, cuando aparecen los primeros ejemplares en el mercado, se cotizan a niveles
verdaderamente altos); y otro periodo en primavera (desde marzo hasta junio),
ya que las altas temperaturas afectan muy negativamente a la calidad de esta
hortaliza, endureciendo sus hojas, que se abren separándose del fruto y
adquiriendo un sabor excesivamente amargo.
Podemos elegir entre muchas variedades, algunas consideradas
autóctonas como la “Morada Mallorquina” y la “Monquelina”; o entre la “Violeta de Provenza” o “Macau” ,
“Violeta de Palermo” o la “Romana Grande”; algunas francesas como la “Laon” o
la “Camus de Bretaña”; algunas innovadoras como la “Talpiot”, pero por sus
excelentes propiedades gustativas destaca la “Blanca de Tudela” (variedad
alargada, de color verde, pequeño tamaño y muy compacta, aspectos que la hacen
muy apreciada y preferida por su calidad) que es la única variedad presente en
las Indicaciones Geográficas Protegidas: Indicación Geográfica Protegida (IGP)
“Alcachofa de Tudela” e IGP “Alcachofa de Benicarló”.
En la alcachofa se pueden apreciar muchos sabores, entre ellos
un interesantísimo toque amargo y un regusto final dulzón, muy característico.
Dice un refrán que “hoja
a hoja se come la alcachofa”. Por eso, quizás la mejor forma para degustar
unas las alcachofas sea tomarlas al vapor o cocidas; una vez hechas se podrán
acompañar con aceite de oliva y vinagre de manzana. Lo primero que hay que
hacer es cortarle los tallos a las mismas (los podremos usar en sopas y en
ensaladas), y lo hacemos cortando un trozo de la base, así las dejamos planas.
Después vamos quitando las hojas leñosas que tienen, hasta que nos quede la
parte más blanca de las mismas, entonces cortamos la parte superior que nos
quede, para dejar únicamente el corazón de las alcachofas.
Para cocinarlas hervidas, las pondremos en una olla con
agua, donde habremos añadido el jugo de 1 o 2 limones, tapando a la olla y
cuando el agua comience a hervir déjalas cocer unos 30 o 40 minutos a fuego
lento. Las sacaremos, las escurriremos, y estarán listas para consumir.
Si optamos por freírlas, hay una interesante fórmula, que
consiste en colocarlas “de pie” sobre una cazuela y ponerlas a cocer en agua; cuando
empieza a hervir se añade aceite, y se dejan de tal forma que la base esté
cocida y las hojas fritas y crujientes.
Aunque ya conoceréis recetas archiconocidas de las distintas
partes de nuestra geografía como la “Olleta
benicarlanda” y la “Torrá”, especialidades levantinas, las “Alcacofas con conejo” de Navarra y La
Rioja, las “Alcachofas algecireñas” o las “Alcachofas montillanas” de
Andalucía, las “Carxofes farcides” de Baleares, las “Alcachofas salteadas” de
Cataluña o la receta murciana de “Los Alcauciles mojados”; y otras que ya
cocinaréis vosotros, nos atrevemos a proponemos otras formas de tomarlas; para
que podáis probarlas en casa. Seguro que más de una os sorprenderá por su
facilidad de preparación y por los buenos resultados que tendréis con ellas,
esperando os gusten:
Alcachofas en Salsa
Alcachofas Rellenas
Alcachofas Fritas
Tortilla de Alcachofas
Alcachofas con Jamón
Alcachofas con Almejas
Alcachofas al Ajillo
También
os dejamos algunos consejos a tener en cuenta para conservarlas y cocinarlas:
Para que duren más tiempo es recomendable conservarlas con el tallo en
sumergido en agua, como una flor; una vez cortadas, no está de más frotarlas
con limón para evitar que se ennegrezcan; para que queden tiernas tras su
cocción, se puede añadir un poco de zumo de limón y una cucharadita de
harina al agua de cocción.
Tomar té de alcachofa para
adelgazar.
La
alcachofa suele utilizarse a menudo para realizar dietas adelgazantes. Un modo de hacerlo es mediante el té
de alcachofa. Te explicamos cómo prepararlo y cómo tomarlo:
Ingredientes:
·
20
gramos de hojas de alcachofa,
·
1
taza de agua hirviendo.
Preparación:
Sumerge
en agua las hojas de la alcachofa ya limpia, y dejar hervir durante unos diez
minutos. Cuando ya hayan pasado diez minutos quítalas del fuego, escúrrelas y
déjalas reposar otros cinco minutos.
¿Cómo tomar el té de
alcachofa?
Puedes
consumir hasta 3 tazas diarias y para que el efecto saciante de la alcachofa
tenga más efecto, se recomienda tomar 1 taza de té de alcachofa 30 minutos
antes de cada comida.
Y
no olvides que en la Sierra Norte de Madrid, en La Posada de los Vientos,
podrás disfrutar de una excelente alcachofa de temporada.
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