Hoy que se realizan estudios de todo lo inimaginable;
os queremos dejar algunas interesantes conclusiones, que los recientes estudios
sobre el sentido del olfato, sacan a la luz.
Las emociones humanas se
transmiten a través del olfato.-
Los estudios revelan que los humanos son capaces
de comunicar sus estados emocionales a través de señales químicas, contradiciendo
la idea de que la comunicación humana solo se produce a través del lenguaje y
de los gestos.
La felicidad se transmite por el
olfato.-
Se dice que la felicidad es algo que escapa a
nuestros ojos: una sensación invisible
que nos hace sonreír más y por la
que los demás interpretan que estamos de mejor humor por algún motivo. Ahora
bien, nuevas investigaciones afirman que la
felicidad puede olerse y contagiarse, ya que el estado emocional de contento y alegría provoca que segreguemos ciertas
sustancias químicas que salen secretadas por el sudor y que los demás pueden
percibir e imbuirse de ello.
El olfato parece ser una forma extraña
de recibir vibraciones positivas de las personas que tenemos a nuestro
alrededor, y más
cuando se ha confirmado que el sudor humano que se produce cuando una persona
es feliz induce un estado similar a la felicidad en una persona que inhala este
olor; lo mismo que a través de este sudor, somos capaces de transmitir
emociones negativas como pueda ser el miedo.
El hambre agudiza el olfato.-
La grelina,
una hormona del estómago conocida por estimular la detección de alimentos ricos
en calorías en nuestro entorno a través del olfato,
y conectan la percepción de esos estímulos con la regulación del metabolismo y del peso corporal. La grelina se
secreta cuando el estómago está vacío, por lo que mientras tenemos
hambre detectamos mucho mejor los olores.
Las dietas altas en grasas
reducen el sentido del olfato.-
Recientes estudios concluyen que una dieta alta en
grasas puede afectar a nuestro olfato.
Los estudios con ratones a los que se les administró una dieta alta en grasas en todas las comidas,
demostraron que los ratones obesos
eran más lentos para establecer una relación entre el olor y la recompensa (una
de las pruebas del experimento) y que estos además, sólo tenía el 50% de las células del cerebro responsables de la
codificación de las señales de olor, lo que les llevó a una pérdida del
sentido del olfato.
Los resultados muestran un aumento en la muerte celular
y la infiltración de células de la microglia, lo que sugiere que una dieta de
alto contenido en grasas conduce a un aumento en el estado inflamatorio de la
mucosa olfativa que explica la disminución en las neuronas sensoriales
olfativas.
¿Por qué las mujeres tienen
mejor olfato?-
Está de sobra comprobado que las mujeres tienen
más desarrollado el sentido del olfato que los hombres, pero hasta ahora no
se sabía por qué: ¿es un don innato, con raíces biológicas profundas, o un
subproducto de las diferencias sociales y cognitivas entre sexos, más asociado
a las experiencias y las emociones?
Según los nuevos estudios,
parece que es una cuestión de neuronas, al comprobarse que ellas tienen de promedio 50% más neuronas en el bulbo olfatorio. Al darse
la circunstancia de que el número de células cerebrales apenas varía a lo largo
de la vida de una persona, todo apunta
a que las mujeres nacen con una mayor sensibilidad olfativa.
También hay quien especula que está capacidad ha sido
desarrollada a través de la evolución por motivos reproductivos, para afianzar
los lazos de pareja o reconocer a congéneres genéticamente afines.
Una de cada 100 personas en el
mundo ven sonidos o huelen colores.-
Hay personas que tienen una rara condición de percepción sensorial llamada
sinestesia, que cosiste en ver sonidos, oler los colores y saborear las
formas.
A veces se haya creído que la sinestesia es un defecto en la
percepción porque se creía que nuestros sentidos se comportan como compartimentos-estanco.
Sin embargo, no es así: se ha demostrado que si escuchamos ciertos sonidos se
potencia el sabor dulce de un alimento. Un sinestésico no
percibe por separado sonidos, imágenes, olores, sabores y tactos, sino que los
estímulos recibidos por sus órganos sensoriales se mezclan en su cerebro.
Por eso, los sinestésicos nos muestran que hay personas que tienen una
experiencia diferente del mundo. No sólo diferente sino incluso podríamos decir
que mejor. Para un sinestésico el resto de los seres humanos ven el
mundo de forma aburrida, como en blanco y negro; ellos tienen la posibilidad de
percibir un mundo donde las letras, los números o los sonidos van acompañados
por una variedad de colores.
Todos los humanos nacemos sinestésicos,
al haber una misma respuesta en la corteza cerebral
ante cualquier estímulo, ya sea una luz brillante o un ruido fuerte. Con el
paso del tiempo, cada sentido se segrega y acaba percibiéndose en diferentes
lugares de la corteza: los sonidos aparecen en el lóbulo temporal y los estímulos visuales
hallan respuesta en el occipital. Al parecer, en el cerebro de los
sinestésicos no se crean esas “islas sensoriales”, sino que, por alguna razón
aún no descubierta, los enlaces sinápticos se mantienen más o menos intactos.
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¿Cómo se vive sin olfato?-
Aproximadamente una quinta parte de la población tiene el sentido del olfato alterado, pero
muy pocas personas se quejan por ello. Algunas personas incluso manifiesta una anosmia, o pérdida completa del olfato.
En el mundo occidental, parece ser que aunque la capacidad para oler no es
imprescindible para sobrevivir, la pérdida o disminución del olfato genera una mayor inseguridad en
las relaciones sociales e incrementa el riesgo de sufrir accidentes domésticos
y de padecer depresión.
Se ha estudiado que las personas sin
olfato no tienen gustos culinarios diferentes, a pesar de no poder sentirse
atraídos por el olor de un alimento. Por otro lado, los afectados de anosmia
desarrollan estrategias para evitar los accidentes domésticos: no pueden dejar nunca el fuego encendido en la cocina sin estar
presentes, ya que no pueden percibir el olor a quemado; y para saber si la
leche está estropeada se la tienen que dar a oler a otra persona.
En el campo de las relaciones, las
personas afectadas por anosmia presentan una vida social similar a la del resto
de la población, se emparejan al mismo tiempo y tienen el mismo número promedio
de hijos. Sin embargo, cuando entran en contacto con personas a las que conocen
poco, manifiestan más inseguridad. Este comportamiento se explica porque el olfato nos ofrece información sobre
otras personas, y este canal de comunicación es
muy importante en los primeros contactos. Esto podría explicar
que los afectados de anosmia tengan aproximadamente la mitad de relaciones
sexuales que el resto, aunque dicho resultado también podría deberse a que, al
carecer de olfato, estas personas tengan un menor interés en el sexo.
También los estudios concluyen que las
personas con anosmia tienen más tendencia a sufrir síntomas de depresión; al
encontrarse una reducción en el bulbo olfatorio en pacientes con esta
enfermedad, por lo que ambas afecciones podrían estar relacionadas a nivel
fisiológico.
La pérdida de olfato en mayores,
un presagio de muerte.-
El olfato es un sentido crítico de la fisiología
humana, así lo
atestiguan estudios que concluyen que la pérdida de este sentido en la edad
adulta puede ser un indicativo de que la muerte está cerca.
A pesar de que los seres humanos dependemos mucho
menos del olfato que otros mamíferos, este sentido desempeña un papel
crucial tanto en la salud como en el comportamiento humano. Y es que
nuestra capacidad para distinguir olores afecta a un gran abanico de tareas
como la nutrición (preferencias en los alimentos y apetito), los riesgos medio ambientales
y cómo no, el olfato forma parte tanto de nuestra memoria como de las
relaciones sociales.
Estudios, estudios y estudios… Después
de los datos que nos ofrecen los “estudios de las narices”, pensad… ¿No os gustaría ser más sinestésicos de lo
que ya sois?
Si te animas, déjanos tu comentario…