Seguro que en algún momento, incluso si ahora
ya eres un excelente sommeliere, cuando te disponías a comprar una botella de
vino, te han saltado a la mente preguntas, algunas de tipo básico: ¿Cómo sé si
un vino es bueno? ¿Cuánto tiempo que puedo guardar una botella abierta, sin que
se pierda el sabor o se “pique”? ¿Cuánto debo gastarme para asegurarme una
buena elección?; y otras de curiosidad más técnica ¿De qué está hecho el vino? ¿Cómo
se elabora?
Si se tiene alguna duda, lo mejor el preguntar,
o leer nuestro blog. Ambas serán buenas formas de aprender.
Calidad del vino.-
Como la idea es hacerte la vida fácil, lo primero que te diremos es que éstas dudas son bastante comunes, aunque también te diremos que la calidad del vino, como en cualquier otro alimento, es una evidencia, y todos sabemos cuándo estamos bebiendo un buen vino o cuando nos encontramos ante algo mediocre, aun cuando nuestro gusto no coincida con el de la mayoría. Lo mejor es que una vez abierta la botella, no dejemos pasar más de un día para terminar de saborear el caldo; aunque existan pequeños inventos que podemos encontrar para prolongar la vida del vino, una vez abierta la botella.
Un consejo que nos atrevemos a darte es,
que es conveniente e importante elegir bien el tipo de copa a la hora de beber
vino; elegir una copa que tenga profundidad y anchura en su base, nos será útil
pues nos permitirá mover el vino y liberar sus aromas de una forma más fácil.
El precio del vino.-
En cuanto al precio de un vino, no siempre
será fácil relacionarlo con su calidad, pues como en otros productos viene
determinado por la oferta y la demanda, así como por el coste de elaboración.
Aun así, no pensamos que el precio deba influir en vuestra opinión sobre un
vino, pues en múltiples ocasiones, no es el vino más caro el que más nos gusta;
sobre todo si no nos dejamos intimidar por descripciones ostentosas que encontremos
en las contra etiquetas. Lo importante es probar y llegar a nuestras propias
conclusiones. No olvidemos que lo felices que somos cuando disfrutamos de los
pequeños lujos de la vida.
¿De qué se hace el vino? o ¿qué lleva el vino?-
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A los vinos naturales no se agrega, nunca
jamás, este tipo de sustancias ni cualquier otra.
Lo que le da al vino el aroma a madera,
fresas, tabaco, canela, manzanas o cualquier tipo de fruta, es la variedad de
uva que se utilice para elaborar el vino, así como las características del terreno
donde estén las cepas.
Tipos de uva: Variedades y Características.-
TINTOS:
Tempranillo: Es el varietal más
extendido y típico de nuestro país. Se llama así, porque las uvas se recogen
antes que otras variedades (más temprano). Es una uva con notas muy frutales y
aromáticas, que envejece bastante bien en barrica. En Ribera del Duero se la
denomina 'Tinto del País'. En Castilla La Mancha, se la puede encontrar también
con el nombre de 'Cencibel'.
Mencía: Es un varietal específico de nuestro país, que
se cultiva tan sólo en la D.O. Bierzo (León) y en la D.O. Ribeira Sacra
(Orense). Es una uva con mucho tanino que da unos vinos con una ligera
astringencia, pero con mucha personalidad. El mejor lugar para encontrarlas,
las bodegas del Bierzo.
Syrah: Las propiedades de esta uva francesa dependen
del clima. Los Syrah españoles y los franceses, se diferencian mucho. Hay
bodegas de Castilla la Mancha que se han especializado en su elaboración. Es un
vino complejo, aromático y de sabor más fuerte. Combina muy bien con carnes de
caza (por ejemplo conejo o jabalí) o carnes bien condimentadas.
Garnacha: Es otra uva típica de nuestro país, que se cultiva
con especial intensidad en las regiones del noreste (La Rioja, Navarra, Aragón
y Cataluña). Es una uva muy frutal, sin embargo, no envejece tan bien en
barrica como la variedad tempranillo.
Monastrell: Es la uva típica de Murcia y el sur de
Valencia. Produce unos vinos potentes, con mucha estructura y un grado
alcohólico algo superior al normal. Hace unos años, estos vinos tuvieron mucho
éxito en los países anglosajones. El mejor lugar para descubrirla, las bodegas
de Jumilla y Yecla.
Cabernet Sauvignon: Probablemente, la uva francesa más extendida y
utilizada en muchos de los mejores vinos tintos del mundo. Le da al
vino una acidez agradable, y envejece extraordinariamente bien en barrica.
Son vinos robustos, con sabores y aromas más fuertes, que mezclan bien con
carnes rojas asadas o carnes más grasas como por ejemplo el cordero. También es
buena opción para acompañar quesos fuertes.
Merlot: Uva Francesa, es la uva más aromática
de gusto suave. Son vinos con aromas y sabor más frutales, fáciles de
tomar. Mezcla bien con carnes no muy condimentadas, por ejemplo, con un buen
par de chuletas de cerdo, pastas, platos con pollo o con quesos suaves.
Carménère: El
vino más reconocido como propio de Chile, ya que es una cepa que se extinguió
en Europa en el siglo XIX y fue redescubierta en Chile a finales del siglo XX.
Son vinos tintos más suaves, aromáticos y de gusto delicado. Combinan bien con
platos como pastel de choclo, humitas y pastas en general.
Pinot Noir: Es un tinto que parece blanco, suave,
levemente cítrico, frutal y aromático. Ideal para quienes no quieren perder la
fuerza de un vino tinto acompañando platos más apropiados para vinos blancos.
Ideal para quesos no muy fuertes y carnes blancas como pollo o pavo.
BLANCOS:
Airen: El airen es la
variedad más extendida en España, encontrándose en la región central de España.
También se le conoce por: Manchega, Lairén, Valdepeñera y Forcayat. Con aromas
frutales de intensidad media.
Verdejo: Uva muy
aromática y afrutada. Hay quien dice, que tiene toques tropicales.
Albariño: No confundir
con una Denominación de origen, aunque sólo se cultive en la D.O. Rías Baixas.
Ácida y refrescante con un aroma muy particular.
Sauvignon Blanc: Son vinos frescos, ácidos y frutales. Ideales para
acompañar pescados y maricos frescos. Recomendado para acompañar una merluza
frita con ensaladas o un rico ceviche.
Chardonnay: Es un vino de color dorado, suave, con más
cuerpo que el sauvignon blanc. Ideal para acompañar pescados grasos como el
salmón o una reineta a la mantequilla.
Late Harvest: En realidad no es una cepa, sino que se refiere
a que se elabora con las últimas uvas cosechadas, casi antes de convertirse en
pasas. En consecuencia hay una mayor concentración de azúcares, lo que lo hace
un vino muy dulce, ideal para acompañar postres y tortas.
COMODÍN:
Rosé: Los
vinos rosé (que por lo general son ensamblajes, o sea mezcla de dos o más
cepas) suelen servir para todo. Fríos son ideales como aperitivos, porque son
frescos, frutales y fáciles de tomar y combinan bien con casi todo tipo de
platos.
¿Cómo se elabora el vino?-
En época de vendimia se recolectan las uvas, pudiendo hacerse esta de
forma manual o a máquina. Se procederá a separar los racimos que están en buen
estado de los que no, aunque no siempre se hace selección.
Se procede al despalillado, proceso que consiste en separar la uva del
raspón. Se hace con una máquina, la despalilladora. Este proceso no se hace siempre
pero sí en la mayoría de los casos.
Si el vino es blanco, se prensa. Si es tinto, se estruja para que empiece
la fermentación.
El mosto macerará con sus pieles. El tiempo de maceración dependerá del
resultado que quiera obtener el enólogo en el vino. Se prensa y se separan las
pieles.
Se traslada o bien a barrica o bien a depósito de acero inoxidable para
la fermentación maleoláctica (fermentación en la cual el ácido málico se
convierte en láctico).
Se clarifica y/o filtra.
En caso de hacer crianza, se lleva al contenedor pensado para que la
realice. Las barricas de roble, bien americano o francés, son las más
utilizadas.
Por último se procede al embotellado y etiquetado.
Para terminar, os debemos hablar de una falsedad generalizada en la actualidad:
«El vino, cuanto más viejo, mejor». Pues bien, pueden existir vinos jóvenes de
excelente calidad y otros
con décadas de antigüedad que sean
imbebibles.
Dependiendo de su edad y del
tipo de crianza, los vinos podrán
ser:
Jóvenes (también denominados del año o nuevos): si se
obtuvo en la misma campaña que la que indica el etiquetado.
Semicrianza: cuando han pasado un
pequeño tiempo en recipientes de madera. En este caso se debe indicar el tiempo
exacto. También son llamados coloquialmente “roble”.
Crianza: han pasado 2 años de
crianza, en los que al menos 6 meses han sido en barrica.
Reserva: en el caso de blancos y
rosados, las condiciones serán como en los crianzas. Si son tintos, deberá haber sufrido una
crianza de 3 años, de los que 12 meses han sido en barrica.
Gran Reserva: estos vinos deberán
tener una crianza de 4 años, con seis meses en barrica en el caso de blancos y
rosados. Los tintos pasarán 5 años de crianza y un mínimo de 18 meses en
barrica.
Hay que tener en cuenta que
estas indicaciones pueden variar ligeramente dependiendo de las restricciones
de la Denominación de Origen.
Bueno, aquí nos plantamos… Esperamos
no haberte embriagado demasiado… Ahora sólo te queda descorchar una botella de
vino, y en compañía o sin ella, disfrutar del llamado “néctar de los dioses”.
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