Llega el
invierno, las bajas temperaturas, una menor sudoración…
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Pues bien,
si actuamos así, estaremos poniendo en riesgo nuestra salud.
La cantidad
de líquido que se debe ingerir diariamente se encuentra entre los dos y tres
litros. Dependiendo de la edad, sexo y actividad de cada persona, está cantidad
será más o menos elevada, pero no debe ser menor para asegurar que el
equilibrio hídrico del organismo se mantiene.
Importancia
del agua.-
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La
importancia del agua reside en que esta lleva los nutrientes a las células,
ayuda a la digestión formando secreciones estomacales, elimina los residuos,
mantiene los riñones sanos y aporta una hidratación constante a la piel, ojos,
boca y nariz, lubrica las articulaciones, regula la temperatura corporal y el
metabolismo.
Cuando
se consume suficiente agua se puede retrasar el envejecimiento y mejorar
enfermedades como diabetes, hipoglucemia, artritis, sequedad cutánea y
obesidad. Los riñones son los órganos que ayudan al cuerpo a eliminar residuos,
y necesitan suficiente agua para hacer su trabajo de "depuradores de
deshechos".
El agua en nuestro organismo.-
El agua
interviene en gran cantidad de procesos metabólicos, por lo que mantenerse
correctamente hidratado es necesario para que el cuerpo funcione adecuadamente
tanto a nivel físico como cognitivo.
Algunos de
los procesos que se ven condicionados por el nivel de hidratación son tan
importantes como la respiración o la termorregulación, por lo que con las bajas
temperaturas del invierno es fundamental no dejar de lado los ocho vasos diarios
que se deben tomar.
Por eso, no
debemos olvidar que es bueno tomar bebidas que aporten agua y los nutrientes
esenciales que el organismo necesita y que pierde cada día a través de los
diferentes procesos fisiológicos.
Los zumos pueden
ser una buena solución para mantener correctos niveles de hidratación; además
nos aportarán vitaminas y micronutrientes; ayudando también al sistema
inmunológico, que se resiente con el frío; el consumo moderado de zumo de
fruta, un vaso pequeño al día, será un gran aliado.
También los
caldos y sopas son una buena elección en invierno ya que ayudan a regular la
temperatura del cuerpo frente al frío y nos aportan líquidos y nutrientes
Y es que el
equilibrio hídrico del cuerpo es fundamental para evitar problemas de salud
como la deshidratación, que puede hacer que la piel pierda turgencia, la orina
se concentre en exceso, lo que puede ocasionar cálculos renales, y que aparezca
sequedad en las mucosas, taquicardia y cansancio. A medida que la
deshidratación aumenta, hay una disminución del volumen sanguíneo y alteración
en el rendimiento físico, dificultad para concentrarse, desorientación, o
fallos en la regulación de la temperatura corporal.
¡El agua es
Vida, el agua es salud!
#LaAcebeda, un lugar de agua y cielo
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