La relación que a lo largo de nuestras
vidas mantenemos con el azúcar suele
evolucionar desde la fascinación que nos produce cuando somos niños hasta la
necesidad de tener que prescindir prácticamente de ella en edades más
avanzadas, pasando en muchas fases del camino por todo tipo de intentos de
sustitución de este rico elemento por otros más saludables.
El problema de sustituir el azúcar por
edulcorantes artificiales estriba en que, tras haber ingerido azúcar nuestro
organismo sigue manteniendo muy alto el listón gustativo respecto al dulce y no
nos facilita sustituirlo por otro sabor. Sin embargo, cuando cortamos tanto el
consumo de azúcar como el de edulcorantes, no solo vamos deseando este sabor
cada vez menos, sino que además poco a poco comenzaremos a detectar ‘dulce’ en
muchos alimentos que no contienen ningún azúcar añadido.
Os ofrecemos una serie de sugerencias que pueden ser una buena manera de cubrir
nuestro ‘cupo de dulce’, pero sin azúcar ni edulcorantes.
Vainilla en polvo. El polvo puro de vainilla tiene algo de milagroso. Un
ingrediente que deja un inconfundible y tierno sabor que recuerda a los helados
de la infancia. Intentadlo con un yogur natural y pensaréis que estáis comiendo
un verdadero helado italiano. No es barato, pero tampoco se necesita mucha
cantidad.
Canela. Es bastante habitual dar un toque de canela a determinados
postres tradicionales, como el arroz con leche. Pero ¿habéis probado alguna vez
a añadirla al café mientras se hace? Poned un poco de canela en el depósito del
agua y dejad que se haga en infusión junto al propio café. Es casi seguro que
después se necesitará un terrón menos de azúcar.

Aceite de coco. Otro elemento del coco muy útil para este fin es su
aceite. Utilizadlo para cocinar col u otros vegetales y logrará eliminar su
sabor amargo. También podéis agregarlo a huevos revueltos, que con este
sencillo toque adquieren otra dimensión culinaria. La mente tiene una
asociación tan fuerte entre el aroma del coco y el sabor dulce que, aunque no
haya azúcar, nuestros sentidos la percibe como si estuviera presente.
Leche de almendra. Las almendras contienen una cantidad mínima de
azúcar, pero debido a su aceite dulce pueden engañar a las papilas gustativas y
hacerles pensar que están saboreando algo con azúcar. Podéis agregadla
a cualquier infusión o a los batidos. El único problema es que casi todas las
leches de almendra que se comercializan en el mercado contienen ya de origen
bastante azúcar añadida. Intenad conseguir una genuina en tiendas
especializadas en nutrición saludable.
Cebolla estofada. Muchos alimentos salados
industriales contienen una buena dosis de azúcar, como las salsas para pasta o
las sopas, especialmente los alimentos con una base de tomate, para
contrarrestar su acidez. Si va a hacer una salsa de tomate casera, el truco es
saltear previamente cebolla, muy lentamente, para extraerle su sabor
caramelizado. Añadid después el tomate y elaborad la salsa con su receta
particular. Veréis qué diferencia... y sin nada de azúcar.
Salsa de manzana. Puede ser un sustituto ideal del azúcar en
determinadas piezas como magdalenas o bizcochos, ya que aporta un toque de
sabor sin sobrecargar ni modificar su esencia. Quedarán un poco menos dulces
que la versión tradicional, pero en el fondo, de eso se trata. Para hacer la
salsa de manzana, simplemente cortadla en trozos pequeños, un chorrito de agua,
cocinar a fuego lento hasta que espese y pasar por la batidora.
Pasta de aguacate. Aunque no lo parezca, aporta un sabor dulce. Se puede
añadir a batidos o jugos y, por supuesto, a las ensaladas. La mayoría de las
versiones comerciales contienen bastante azúcar, pero probad a mezclar un aguacate
triturado con un poco de aceite de oliva y vinagre y conseguirá todo el sabor
dulce que necesite.
Puré de frutos del bosque. Triturad unos cuantos frutos del bosque
variados —moras, arándanos, fresas, grosellas, frambuesas— y utilizad el puré
resultante sobre una tostada, o mezclado con yogur. Si no es la época para este tipo de
bayas, sustituidlas por pera y manzana.
Pastel de verduras asadas. Un rico pastel hecho a base de verduras tipo
remolacha, boniato o calabaza, tomado como postre, evita en casi todos los
casos la necesidad de comer algo dulce al final de la comida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario